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jueves, 31 de agosto de 2017

Nada, de Mercedes Careggio



Joanna Sierko-Filipowska




Quiero labrar el tiempo, hacerlo trigo.
Cincelar el minuto, repujar la hora.
Hacer del día un artesano inquieto,
y de la vida una gran artesanía.
Llegar al límite sabiéndolo desde el principio,
para ver si es cierto que la muerte
es el inmenso lugar donde no cabe el tiempo.
Pero no tengo nada,
vacío mi intelecto,
caigo en picada por esta cuesta ciega.
Nada me llega
y yo no llego a nada.
... ¿Hacia dónde voy,
herida y olvidada?...



Mercedes Careggio


miércoles, 30 de agosto de 2017

Árbol de Diana, de Alejandra Pizarnik




"Árbol de Diana" de Alejandra Pizarnik (escritora argentina 1936-1972), quien se suicidó a los 36 años en septiembre de 1972, es su cuarto poemario.



"Árbol de Diana" es transparente y me da sombra.
Tiene luz propia, centelleante y breve.
Nace en las tierras resecas de América.
La hostilidad del clima, la inclemencia de los discursos
y la gritería, 
la opacidad de las especies pensantes,
sus vecinas,
por un fenómeno de compensación bien conocido,
estimulan las propiedades luminosas
de esta planta.


No tiene raíces, el tallo es un cono de luz ligeramente obsesiva,
las hojas son pequeñas,
cubiertas por cuatro o cinco líneas de escritura fosforescente,
pecíolo elegante y agresivo,
márgenes dentadas,
las flores son diáfanas, 
separadas las femeninas de las masculinas...

Fragmento del Prólogo
de Octavio Paz
París- abril de 1962.

 "Árbol de Diana"
fue publicado por primera vez en 1962.


6
Ella desnuda en el paraíso
de su memoria
ella desconoce el feroz destino
de sus visiones
ella tiene miedo de no saber
nombrar
lo que no existe.

11
ahora
en esta hora inocente
yo y la que fui nos sentamos
en el umbral de mi mirada.

12
No más dulces metamorfosis
de una niña de seda
sonámbula ahora en la cornisa
de niebla.

Su despertar de mano respirando
de flor que se abre al viento.

37
Más allá de cualquier zona
prohibida
hay un espejo para nuestra triste
transparencia.

38
Este canto arrepentido, vigía
detrás de mis poemas:
este canto me desmiente,
me amordaza.


A. Pizarnik

martes, 29 de agosto de 2017

Témpera, de Julio Villaverde



Ivan Stefanek





Tomando sol, distante, algo leías,
vago disfrute de sentirte a solas,
mientras en el jardín nuevas corolas
aromaban la gloria de tus días.

La soledad tiene melancolías 
de íntimo goce, de invisibles olas
que son como remotas barcarolas
navegando en un mar de lejanías.

Declinaba la luz sus tonos rosa;
un violáceo en la esencia de las cosas
circundaba tu calma que evidencio.

Y en simbiosis de huyentes resplandores
tras un largo horizonte de fulgores
la tarde se adueñó de tu silencio.


Julio Villaverde.


domingo, 27 de agosto de 2017

Evocación subjetiva, de Inés Goyenechea



Helene Beland



Que no se rompa la vida,
que no se rompa la sombra,
que no se rompan los ruidos
cuando el silencio te nombra.

Cuando los dardos del sol
se incrustan como maldades,
lanza alaridos el alma
fragmentada en soledades.

Que no se rompa la muerte
al entrar en los mortales,
que ya bien todos sabemos
que sólo es cruzar umbrales.

Que no se rompan los mundos
por conocer nuestras calles,
que no se rompan los cielos
de otros orbes y otros valles.

Que no se rompa el silencio
perforando la razón,
como cuchillo clavado
en el último rincón.

Que no se rompa el asombro
con que el cosmos nos recibe,
anunciándonos que es Dios
esa luz que se percibe.

Ese eterno resplandor
es lo único divino,
que nos brindará la paz
para el resto del camino...

Inés Goyenechea



Poema, de Diego Gándara







Cuando la noche se vuelca
sobre las arrugas del tiempo,
tu nombre es palabra que quema...

Soy ceniza...



Diego Gándara


jueves, 24 de agosto de 2017

Credo, de José Pedroni










Creo en la luz que es pura y en la tierra
y en el agua que es casta y en el sol
y en la sombra cordial que se derrama
con la dulzura de tu corazón.




José Pedroni

lunes, 21 de agosto de 2017

Sin poemas




A partir de hoy
voy a amarte con silencios,
provocando ausencias
e inventando distancias;
desde hoy voy a amarte sin poemas,
con muy pocas acciones
y escasas palabras...
a partir de hoy voy a amarte así,
como tú me amas.

Anónimo


miércoles, 2 de agosto de 2017

Poeta, de Rosa Fasolís




















Escribe versos en la palma de las manos; también
sobre los párpados de ella. A veces
escribe con tinta de lágrimas,
en pétalos de niebla.
Después, los quema.
Al fervor de la llama crepitan su canción perdida
y salen a volar, levísimos
pájaros negros
que le llenan las pestañas de rimmel
y le dibujan
cuando ríe o cuando llora
esas ojeras de payaso triste,
de frustrado cantante de opereta.
A veces también grita sus poemas
en la calle. Nadie
parece escuchar. (Todos están
tan cansados de todo...)

Pero él sigue escribiendo versos.
Y ella los celebra.

Rosa Fasolís
Del libro "Sacramento y Ceniza"